GARDEL Y EL FÚTBOL
Pipo Rossi dirigía a
Huracán y lo tenía loco a Emilio Melón : “¡ Corra, Negro! ¡Baje, Negro! ¡Suba,
Negro! ¡Corra, Negro!
Cansado de los gritos se paró frente al banco y le dijo: “un momento. No me grite más que no soy negro. Soy morocho.”
A lo que el entrenador respondió: ¡Morocho era Gardel! ¡Corra, Negro!
Cansado de los gritos se paró frente al banco y le dijo: “un momento. No me grite más que no soy negro. Soy morocho.”
A lo que el entrenador respondió: ¡Morocho era Gardel! ¡Corra, Negro!
Si bien Carlos Gardel no era un fanático del fútbol, en muchas oportunidades se acercó a él.
Su amistad con el Flaco Alippi, hincha de Racing, lo acercó a la Academia. Asi lo cuenta Nicolás Prezioza: “Alippi nos citaba en el café Ideal, de Corrientes y Paraná. Gardel solía llegar tarde porque antes pasaba por el hipódromo pero los tres como buenos hinchas, nos íbamos a ver a Racing. En uno de esos partidos, fue en un Racing-Newell’s, le presenté a Magaldi. Carlos no lo conocía. Agustín era’íntimo amigo de un pupilo mío, Sabino Alfredo Bilanzone, y esa tarde lo acompañó a la cancha. Los dos —Magaldi y Bilanzone— eran rosarinos y, por supuesto, tenían depositadas sus simpatías en Newell’s”.
Juan Scursoni recuerda las reuniones en la casa de Guillermo Barbieri, hincha de Huracán, quien presenciaba los entrenamientos y al volver a su casa para ensayar regresaba en compania de varios de los jugadores: Scursoni, Stábile y Negro Prato eran los infaltables. Los días jueves se sumaba Gardel. Scursoni, en vísperas de un partido con Boca, sugirió a Barbieri la idea de invitarlo a Gardel al vestuario para darle ánimo a los jugadores. La invitación fue aceptada y en presencia del autor, José Rial, Gardel cantó el vals "Rosas de Otoño". Huracán ganó 1-0 con gol de Guillermo Stábile. Gardel se llevó un banderín del Globito y dejo en las manos del Negro Prato unos pesos "para que esta noche puedan festejar el triunfo". Esto sucedió el sucedió el 6 de junio de 1925: Huracán se afianzó en el primer puesto, hubo cien heridos en una tribuna por un accidente en una tribuna a medio construir y Guillermo Barbieri adhirió al estuche de su guitarra el banderin de Huracán que lo acompañó por el resto de su vida.
Tuvo una admiración muy grande por Pedro Ochoa, recordado en el tango “Patadura” como "el crack de la afición". La letra tambien cita a tros jugadores: “corazón de Monti (Luis)", “y hacer como Tarasca (Tarasconi) de media cancha gol” o “querés jugar de forward y ser como Seoane (Manuel)”.
Fue anfitrión y compañero inseparable de los integrantes de la Selección que participó en Amsterdam ‘28. Los recibió en Barcelona, se fue con ellos a París donde interpretó por primera vez el tango “Dandy” en una habitación del hotel Moderne donde se alojaba la delegación argentina y no pudo seguirlos a Holanda por un imprevisto viaje a Italia. Los esperó de regreso en París y les hizo reunión junsto al plantel uruguayo en el cabaret "El Garrón" . Cuenta "Mumo" Orsi: "después de las dos finales, argentinos y uruguayos no nos hablábamos. Habíamos viajado, desde Amsterdam,en el mismotren pero en distintos vagones. En el cabaret, Gardel buscó la reconciliación preocupándose, personalmente, de sentarnos intercalados. Justo a mi lado sentó al negro Andrade, a quien yo le habla dado muy mal de atrás y ya en el suelo le pisé una mano. ‘Estoy rengo por culpa tuya’, me dijo y agregó: Algún día me voy a vengar’. Yo me hice el sordo. Al ratito Gardel anunció: Voy a cantarles a los campeones sudamericanos el tango “La Cieguita”. Dijo sudamericanos para involucrarnos a todos. Y en seguida, dirigiéndome la mirada, exclamó: ‘Mumo, ¿por qué no sube y me acompaña con el violín? Sabia que lo hacía bastante bien y que algunas noches llegué a tocar con Francisco Canaro. Bueno, arrancamos “La Cieguita”, después que un tipo del Olimpia que estaba allí me prestó su Stradivarius. Cuando terminamos, después de los aplausos, empezaron a cruzarse miguitas, después, panes, al rato volaban las botellas de vino. La confraternidad rioplatense se fue al diablo. En medio del desorden vi a un rengo que se me venia encima. No sé si era el negro Andrade pero, por las dudas, le rompí el Stradivarius en la cabeza.. ."
En España se hizo hincha del Barcelona; amigo del "Divino" Zamora y de Samitier. En 1928, el Barcelona hizo una gira por Argentina y Uruguay. Gardel inventó una actuación suya en el cine Paramount para acompañarlos. Vino y se fue con ellos. Fue la “mascota” del equipo. Angel Arocha comentó: Fuimos los campeones del ‘27 y ‘28, con su presencia permanente en casi todos los partidos". Francisco Platko lo recuerda así: “Estaba en esa oportunidad (1). Era hincha del Barcelona, fue a vernos en el hotel y me visitó en el hospital. Nos acompañol vairas veces. Era un valor humano excepcional, además de excelente cantor. Siempre recuerdo cómo le gustaba ir al puerto de Barcelona y mezclarse con los que allí trabajaban. Se pasaba horas cantándole sin cobrarles nada”.
Previo al inicio del Mundial ‘30, el 9 de julio ofreció un concierto en la concentración uruguaya y un día depués lo hizo en la argentina. El concierto del 10 de julio tuvo lugar en el salón comedor del Hotel de La Barra y se realizó junto los guitarristas José María Aguilar, Guillermo Barbieri y Ángel Riverol. Al finalizar el recital declaró: “El fútbol es más difícil de acertar que las carreras, y ya sabemos que el hipódromo no acierta nadie, que no sea Leguisamo. Pero, en fin, yo sin aventurar nada, y descartando por no conocerlos en el deporte a los brasileños y a los yankees, diré solamente que creo que los rioplatenses serán los más difíciles de vencer, y que si llegan a una final, habrá que tirar la monedita para saber quien gana. Ambos son buenos y juegan un fútbol maravilloso y artístico, y ahora que veo a los nuestros tan alegres y dicididos, cabe esperar que ganando o perdiendo lo sabrán hacer como buenos criollos, es decir, con todos los honores”.
Las malas lenguas sostenian que la “mala suerte” que trajo para el Sel. Argentino el tango Dandy y su repetición en el recital de 1930 manifestarian la preferencia del Gardel por Uruguay.
Un año más tarde nuevo en Barcelona, se fue hasta Londres para ver cómo los ingleses le hacían siete goles a su amigo Zamora, arquero de España.
Notas: 1- En la final de la Copa del Rey de 1928: Quirriqui (Real Sociedad) cayó encima de Platko y le rompió la cabeza, debieron darle a Platko ocho puntadas luego de ello volvió a la cancha con la cabeza vendada para no dejar con 10 jugadores asu equipo. El hecho es recordado por Rafael Alberti en la “Oda a Platko” y en “Contraoda del poeta de la realidad” de Gabriel Celaya.
http://meme.yahoo.com/toritocasale/p/VAOFHlA/
Fuentes: El Gráfico n. 3244, 3429, 3791.
Historias insólitas de los Mundailes de Fútbol (Luciano Wernicke).
http://www.todotango.com/Spanish/las_obras/Tema.aspx?id=V+dFB5wBIug=
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